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Sigo instalada en los "taitantos" y los abuelos siguen a hacer puñetas de aqui... Pero al menos el marido parece haber sentado el trasero, duermo algo por las noches y mi carrera laboral empieza a parecerse a algo. Lo que sigue siendo interesante es mi red de apoyo variopinta, internacional y virtual y las aventuras de la Superfamilia espero... Pasa y acomodate.

jueves, febrero 17, 2011

Elemental, querido Watson...

Jeopardy es un concurso en los EEUU, parecido al que ponen en sobremesa en la dos en España (¿Saber y ganar?). Con el aliciente de que las preguntas no están formuladas de una manera directa, sino formuladas de forma enrevesada, con ironía, con lo que se conoce como lenguaje natural.

Y Watson, bueno, Watson es... Watson:



Watson se ha presentado como concursante en Jeopardy, consiguiendo una de las cosas más difíciles que hay: competir con los humanos en un terreno en el que son en teoría mejores que los ordenadores, al no tratarse de una tarea repetitiva y programable.



Watson ha ganado el juego de calle y ahora mismo estoy fascinada y horrorizada a partes iguales. Me queda el consuelo de saber que estaba programado por un grupo de humanos específicamente para ello.

Pongo un enlace a la noticia en castellano, por si ese es el problema de la falta de comentarios.

Y otra fuente más en castellano, el análisis del Gadgetoblog, que como siempre acierta en destacar exactamente lo que a mí se me pasó por la mente ayer a las dos de la mañana y fui incapaz de sintetizar a esas horas...

lunes, febrero 14, 2011

San Valentín romántico

Que no, que no lo celebro. Entre otras cosas porque me parece un invento comercial y para nuestro amor, todos los días del año son fiestas de guardar. Pero cachondeo con ello nos pasamos un rato:

SM: Amor, no te quejarás, que por San Valentín te he regalado dos hermosas flores. Una tiene siete años, la otra cuatro.
SW: Cariño, la flor de siete años se ha pasado toda la tarde vomitando y la de cuatro, no ha parado de gritar desde que la he recogido de la guardería ;)



La foto la he robado de la pagina web de "Mensaje en una galleta"

domingo, febrero 13, 2011

¿Por quién doblan las campanas?

La muerte de cualquier hombre me disminuye porque estoy ligado a la humanidad; por consiguiente nunca hagas preguntar por quién doblan las campanas: doblan por ti.
John Donne, Devotions Upon Emergent Occasions


No me gusta reciclar material anterior de otras vidas bloggeras, pero de este texto estoy especialmente orgullosa y hoy es 13 de Febrero y vuelven a sonar las campanas...

En mi pequeña aldeita, la noche del 13 de Febrero, repican las campanas de todas las iglesias a la vez, exactamente a las 21:45. Es un espectáculo absolutamente sobrecogedor, que quiere recordarnos que hoy hace exactamente 62 años la guerra llegó a este lugar y reclamó un sangriento botín: más de 12000 edificios arrasados y destruidos por completo y la pérdida de unas 25000 almas...



Me gusta esta, nuestra aldeita. Es un lugar en el que se nota en el ambiente la marca de la supervivencia. Es el mismo temple que he respirado en lugares como Nagasaki, donde parece que la vista te engaña, que es imposible que tras tanta destrucción la vida siga, surja de las cenizas, vuelva a florecer...

Aquí pasa lo mismo. Sobrevivieron a un mar de fuego, perdieron una guerra, aguantaron un régimen totalitario y les han dado más que a una estera con la caida del muro... Y la vida sigue, marcha hacia delante. Hay que mirar con mucha atención ahora para descubrir las huellas de los zarpazos recibidos. Es algo que me devuelve la esperanza y la fe en el género humano, sí, somos capaces de lo peor, pero también somos tenaces a la hora de superarlo.



Por eso hoy, cuando doblen las campanas, aunque sé que tocan por el género humano, sé que tocan por mí, hoy me van a encontrar con una sonrisa en los labios, repartiendo mi amor, abrazada a SM, y a los Supernenes que son la semilla nueva de esta ciudad, los que terminarán de curar todas esas cicatrices si les educo en el amor, en el respeto... en todo aquello que nos hace a los humanos, humanos.

Fuente: La foto de las ruinas de la Frauenkirche está sacada de la página web oficial de la iglesia: www.frauenkirche-dresden.de

miércoles, febrero 09, 2011

Freakie como papá y mamá

A veces me pregunto qué tipo de películas llevamos a ver a nuestra hija... Me pregunto todavía más, que tipo de idea se hace ella sobre el tema.

Ofrezco diez gallifantes al que sea capaz de interpretar lo que hay en la foto sin leer los títulos... pero aunque tengáis que leerlos, si conseguís haceros a la idea os caen por lo menos dos:




¡Buenas noches y buena suerte!

domingo, febrero 06, 2011

Ejecutiva agresiva "quasi" perfecta (I)

Porque hace mucho que no os cuento nada de mi faceta como supermujer.

El "quasi" es una expresion que se usa mucho en Física para describir algo que parece pero no lo es: el típico problema en que el rozamiento se desprecia y la partícula de mueve "quasi" deslizándose, o la aproximación de la forma a una "quasi" esfera...

Llevo desde hace una semana con un catarro de estos que quitan el hipo y hasta la intención de moverse. Yo que me las prometía tan felices porque ahora los Supernenes ya no se ponen malos y resulta que llevo todo el año tomándoles el relevo. El miércoles pasado me fui a casa pronto para ver si guardando cama conseguía contenerlo lo suficiente. Por desgracia sólo funcionó de manera reducida. Jueves y viernes tenía responsabilidades de esas que no puedes dejar de cumplir en el trabajo.



De hecho, el viernes me tocó tomar un avion para tener una reunión de altos vuelos. Normalmente no me importa desplazarme un día para ir a trabajar a un cliente, pero el tener que perder toda la mañana para buscar un nuevo socio para nuestros productos me resulta siempre de un pesado que asusta: no sólo porque el viaje no me suele contar como horas trabajadas, a menos que encuentre algo que hacer relacionado con el curro durante el vuelo (y la mitad de las veces, son vuelos tan cortos que ni para encender el ordenador me da) sino porque la mayoría de las veces viajo con el jefe supremo y eso es algo que siempre intimida mucho.

Total que me levanté religiosamente a las seis de la mañana, después de una noche de perros con la tos y los mocos, para hacer la peregrinación al aeropuerto. Besos a los Supernenes medio dormidos. Adiós SM, te veo esta noche si el avión no se cae (sí, le he prometido a mi psicóloga ser más positiva, pero con lo de los aviones me puede el humor negro desarrollado con los años... y además me funciona bien, ya no les tengo miedo). Compruebo que llevo el pasaporte, la documentación para recoger el billete. Saco los zapatos de tacón del armario en mitad de la oscuridad... y adelante.

La cosa va bien, llego al aeropuerto con tiempo de sobra, la maquinita de "autochequearse" funciona y puedo conseguir una ventanilla (las Superwomans sólo podemos conseguir ventanillas en los viajes de negocios. En los viajes normales, Superboy siempre se pide la ventanilla para dormirse casi inmediatamente encima de ella en cuanto el avión empieza a rodar por la pista). Incluso consigo trabajar un poco antes de que llegue el jefe supremo.



Todo parece ir como la seda: presentación preparada, el vuelo parece que va puntual... hasta que decido ir al lavabo justo antes de embarcar y en el momento culminante miro al suelo y compruebo con horror... que me he puesto dos zapatos de tacón cada uno de un par distinto. Parpadeo para cerciorarme de que no es un mal sueño y no dejo que cunda el panico. Me desabrocho el cinturón lo justo para que los pantalones me "arrastren" un poquito más por el suelo. Desde luego, si alguien mira lo va a notar, pero el jefe supremo de momento lleva media hora conmigo y no ha dicho nada.

La reunion con el cliente parece que va bien también. Procuro taparme los pies con todo lo que tengo a mano: la bolsa del ordenador, la pata de la mesa. A la hora de la comida bajo la escalera la última del grupo. Me toca presentar después. Abro la carpeta de los documentos de mi ordenador, mientras mi jefe y los otros colegas discuten un último punto que no les ha quedado claro. Y entonces, sí que cunde el pánico. Porque los zapatos no los tengo que enseñar obligatoriamente, pero la presentación sí. Y la presentación que tengo delante de mí, no es la misma que llevo preparándome toda la semana. Busco disimuladamente para ver que ha pasado con la otra. Miro en todas las carpetas de al lado, en la papelera de reciclaje... no, no está. Pero como una es una profesional, escanéo a toda prisa las diecisiete páginas de la nueva presentación buscando puntos de anclaje a lo que yo queria contar mientras los mendas siguen discutiendo aquello que no les cuadra. Y doy mi presentación. Como una reina. Nadie parece notar nada raro: ni en los zapatos, ni en mi actitud. Bueno, y si lo han notado, se han debido de pensar que la cosa esta hecha adrede.



En el aeropuerto me llama mi compañera de trabajo para que le cuente como ha ido y cuando se lo cuento me dice aquello de "Oh, no... ¿tú crees que se han dado cuenta?". Tranquila, que no, que no habia ninguna mujer presente, porque estoy segura de que una mujer, sí que hubiera notado lo de los zapatos. Nos despedimos despues de discutir la agenda de trabajo de la semana que viene. Cinco minutos después llama mi jefe, para cambiar la agenda de arriba a abajo. Yo ya no puedo más con la tos y estoy deseando que llegue la hora de que nos llamen para subir de nuevo al avión, llegar a mi casa y caerme muerta en la cama.

Y así me he pasado todo el fin de semana, sudando catarro hasta el momento de tomar el tren a Praga, que es la segunda parte de este viaje de negocios...

Por cierto, al pasar el control de seguridad del aeropuerto, el arco pito. La amable señorita que me cacheó, tocándome para ello casi todas las partes nobles de mi anatomía, me pidió que le enseñara la suela de los zapatos... Sabía que si alguien se daba cuenta del tema tenía que ser una mujer. Y menos mal que le hizo gracia y no se pensó que era algun tipo de estratagema organizada por Bin Laden para colar explosivos en un vuelo aereo.

Escribo con mi ordenador del trabajo y desde un hotel. Cuando llegué a casa, prometo corregir la ortografía de estos post y poneros fotos de mi original "par de zapatos".
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(Ir)Responsable también de esto...