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Sigo instalada en los "taitantos" y los abuelos siguen a hacer puñetas de aqui... Pero al menos el marido parece haber sentado el trasero, duermo algo por las noches y mi carrera laboral empieza a parecerse a algo. Lo que sigue siendo interesante es mi red de apoyo variopinta, internacional y virtual y las aventuras de la Superfamilia espero... Pasa y acomodate.

miércoles, agosto 11, 2010

Primera semana de curso

Hace mucho tiempo que no os cuento una batalla de las nuestras (alguna tengo guardada de las semanas que he tenido prohibido el ordenador, pero como van sobre viajes y como podéis ver por el título, aquí se nos han acabado las vacaciones). Así que vamos a contar la historia del principio del cole de SG.



Estaba yo allá por mayo tan contenta de que en nuestra casa somos ateos, gracias a Dios y además el ambiente que nos rodea es más bien laico (es lo que tiene vivir en una zona en la que conviven dos o tres religiones no mayoritarias, que la cosa se hace mucho menos de notar) con lo que nos habíamos librado del conflicto de la Primera Comunión a lo Barbie Superstar. No se me malentienda que contra el sacramento en sí no tengo nada, pero contra el carnaval de Río que se monta en España, donde un 80% de los niños no vuelven a pisar la iglesia hasta el día se su boda, sí que tengo mucho. Pero hoy hablamos de otro tema...

Como iba diciendo, tan tranquila estaba y entonces fue cuando nos invita a tomar café la madre de unos compañeros de guardería de SG y entre pastel de cereza y helado, me pregunta a bocajarro que cómo vamos a celebrar la entrada del colegio. Mi gozo en un pozo. Me informan que aquí el primer día de colegio es muy importante, que los niños van a una ceremonia en la escuela con lo que llaman una "Zuckertüte", que se podría traducir como "bolsa de azúcar" y luego se hace una fiestecita para celebrarlo... Y de propina me cuenta, que me olvide de salir del paso con los restaurantes, que en esa fecha están las mesas reservadas desde que dan la fecha de entrada.

Vale, confieso, yo pensaba que no me dejaba influir por las costumbres sociales: comulgué y me confirmé porque creía en ello pero cuando dejé de creer no seguí únicamente por hacer el paripé, me casé por lo civil e hicimos una ceremonia hippie que organizamos nosotros mismos y ahora que tenemos Supernenes, hacemos las cosas típicas para los críos en Navidad o Halloween, pero más porque nos gustan las fiestas infantiles que por ganas de quedar a la altura del vecino. Pero cuando le ví la cara a la Superniña supe que estábamos abocados a montar un pequeño fiestón.



Así que la semana pasada, que fue el día del comienzo del cole aquí en el estado en que vivo, me pasé las noches enteras cocinando para hacer un menú para veinte personas casi como el de las bodas de Camacho: carne al grill, bastoncitos de verduras con salsas, ensaladas varias, gazpacho, fiambre, magdalenas, tartas, galletas y bombones hechos en casa...





La primera en la frente, habíamos preparado una merienda en el patio y dos días antes del evento, cambió el tiempo para mal. Desde entonces, el sol aparece en horas limitadas y hay unas tormentas de encerrarte dentro del armario. Tras una consulta popular, decidimos que seguíamos adelante y montábamos el chiringuito en casa (menos mal que el salón es enorme). Al final además, mucha gente iba a venir sólo por un ratito, así que no pasábamos de tener más de diez o doce personas juntas.

Por si fuera poco, los Superabuelos se vinieron todos a participar, pero mi pobre Supersuegra agarró un catarro en el avión y se pasó toda la ceremonia en cama. Y yo a todo esto sigo convaleciente de mi espalda, bastante mejor, pero todavía a veces se me pinza el nervio tonto y paso un par de horas jorobadas (menos mal que toda la semana pasada, aguanté el tirón).

Y como no hay dos sin tres, la famosa Zuckertüte, que viene a significar "bolsa de azúcar". Se trata de un cucurucho de papel, que los niños que entran en la escuela llevan para distinguirse de los otros (en las fotos de la tarta de arriba, se ven los muñequitos que para mí siempre serán "clicks" con la bolsa en cuestión). El cucurucho en cuestión va relleno con pequeños regalos y golosinas... Y el problema surgió por el tamaño y porque a SG le han prohibido o por lo menos mandado reducir las chuches... Hacéos a la idea del tamaño del "cucuruchito" en cuestión (lo que se ve detrás es un trozo de la propietaria y os puedo asegurar a los que no la habéis visto en persona que es tirando a grandota):



¿Cómo llenas un tocho semejante sin usar ni un caramelo? Al final entre el papel de periódico y otro tipo de cositas conseguimos hacerlo, pero de todos modos, las bolsas que trajeron otros amigos como regalo no habían pasado el fino tamiz de los padres de la criatura y nos hemos juntado con una bolsa entera llena de caramelos, que por supuesto ahora que la niña no los debe comer, sobran en casa...



En fin, en la próxima fiesta que organice supongo que habrá piñata...


El día en cuestión fue muy tranquilo, la ceremonia en el colegio me gustó: mi Supersuegro la definió con mucho acierto como una ceremonia hecha por niños y para niños. Los mayores del cole (10 años) le dan la bienvenida a los pequeños que entran (6 años).

Y poco a poco hemos superado también la primera semana de escuela, con algunos sobresaltos, como el día que le pedí a SG que preguntara una cosa a la maestra y se echó a llorar desesperada porque "no se atrevía" (e inmediatamente el berrinche me lo cogí yo, completamente angustiada pensando que a la peque le iba mal en la escuela... después lo hablamos y decidimos que ella necesitaba más tiempo para confiar en su maestra, pero que le había pasado lo mismo con la del Kindergarten y al final había ido todo bien) o el día que perdió la tarjeta de la comida (no será lo último que perderá supongo, tiende a ser despistada, como sus Superpadres).

Ahora nos queda entrar en la rutina del curso escolar, ajustar horarios, esperar a las vacaciones (ay, ese es tema para otro post, a partir de ahora las vacaciones no las podremos hacer cuando nos de la gana sino cuando den las del colegio, con todos los hoteles, viajes, etc, el doble de ocupados y el doble de caros...). Pero el tema de la fiesta está solventado... al menos hasta dentro de dos años, cuando SB también entre en el colegio.

2 comentarios:

Andrés dijo...

Querida SW:

veo que sigues cuidando a los SuperNenes como se merecen; y que tenéis mucha suerte por que empiecen el cole tan pronto; y además, agradecerte tu comentario sobre la barca Eolo en mi blog: si no logro venderla (que es de lo que va camino la cosa), prometo un paseo en ella cuando las cosas mejoren. Un beso, AM.

SuperWoman dijo...

Espero que de verdad vengan tiempos mejores, Andrés...
Un supersaludo

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